POR MARINO MARTINEZ PERAZA
Está considerado el pelotero cubano más completo del béisbol moderno y fue apodado por el locutor Juan Antonio Salamanca, como "El Señor Pelotero''.
Luis Giraldo Casanova nació el 5 de diciembre de 1956, en el Central Orozco, Bahía Honda, en la provincia de Pinar del Río.
Todo lo hacía a la perfección en el terreno de juego. Bateador de promedio y fuerza por cualquier lugar del campo, excelente corredor, inteligente y un jugador sin lagunas a la defensa hacia todos los ángulos, con un brazo potente y tiros precisos a las bases.
En 1974, actúa con el equipo nacional juvenil en el Mundial de Venezuela donde la novena cubana gana el torneo.
Casanova aparece en las nóminas del equipo Forestales de Pinar del Río en 1974, en la XIII Serie Nacional. En ese entonces tenía sólo 18 años y fue llamado al Servicio Militar Obligatorio.
Juan Charles Díaz y José Manuel Cortina conociendo de su talento y cualidades, hacen todo tipo de gestiones para que pudiera jugar con el equipo, pero no logran nada. Luis Giraldo nunca jugó con Forestales.
Fue entonces cuando la dirección de Vegueros, que era en aquel momento el equipo principal de la provincia, logra traer a Luis Giraldo a las Series Nacionales. A pesar de ello, ese año no recibe buenas oportunidades.
Juega la Serie Especial en 1975 bajo la dirección de Jorge Fuentes. En 1978, los Vegueros y la provincia pinareña ganan su primer campeonato nacional con Casanova como cuarto bate. Este sería el comienzo de muchos años de éxito de uno de los equipos más ganadores de la pelota cubana.
Su primer jonrón en Series Nacionales se lo dio al zurdo Maximiliano Gutiérrez. Durante los años en que Luis Giraldo juega con Vegueros alcanza su mayor esplendor en el marco de las Series Nacionales de Cuba.
Terminó su carrera de 17 temporadas con promedio de .322, pegó 312 jonrones, remolcó 1,069 carreras, anotó 1,144, recibió 1,049 pasaportes y tuvo un slugging de .569.
Debutó en el equipo Cuba en 1978 y se mantuvo en la selección nacional hasta la Copa del Mundo de 1991, en Barcelona. Participó en seis Campeonatos Mundiales, seis Copas Intercontinentales, dos Juegos Panamericanos y dos Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Entre sus momentos estelares en eventos internacionales están la triple corona de bateo en Edmonton 1981, los dos jonrones frente a Estados Unidos en el desafío final de los Juegos Panamericanos de Indianápolis en 1987 y el temible dúo ofensivo que formó junto con el brillante antesalista Omar "El Niño'' Linares.
Sus números a nivel internacional, incluyendo Mundial Juvenil y actuaciones ante equipos profesionales, fueron: 872 veces al bate, 327 imparables, .375 de promedio, 61 dobles, 13 triples, 86 jonrones, 278 impulsadas, 242 anotadas, 10 bases robadas y 102 pasaportes.
Tuvo el privilegio de vestir el uniforme Cuba durante dos etapas doradas del béisbol cubano entre 1978 y 1987, junto a superestrellas de la talla de Antonio Muñoz, Pedro José Rodríguez, Rey Vicente Anglada, Braudilio Vinent, Armando Capiró, Rogelio García, Agustín Marquetti, Alfonso Urquiola, Víctor Mesa, Fernando Sánchez, Omar Linares, Pedro Medina, Antonio Pacheco, Orlando "El Duque’’ Hernández, Lázaro Valle,
Orestes Kindelán y Germán "El Mago’’ Mesa , entre otras luminarias de la pelota antillana.
Casanova recibió varias ofertas de los buscadores de talento para formar parte del béisbol de Grandes Ligas, incluyendo un cheque en blanco que le entregaron en la Copa Intercontinental de 1985, en Canadá. Por una u otra razón, no dio ese paso.
Según sus propias palabras, no podía soportar vivir alejado de su familia y de su tierra.
Muchos se preguntan si Casanova hubiera sido un pelotero estelar en el béisbol de Grandes Ligas. La respuesta oficial no se puede dar, pues no actuó en las Mayores. Nadie sabe si se le hubiera roto una pierna o lastimado el hombro. Pero una cosa es cierta, peloteros con talento inferior a Casanova han sido estrellas en Grandes Ligas. ¿Por qué no lo iba a ser Casanova?
El tres veces campeón de bateo en Grandes Ligas, Tony Oliva, ubica a Casanova entre los grandes peloteros que vio jugar en un terreno de pelota.
"Corría, tenía un potente y certero brazo, fue un excelente bateador y un fildeador de lujo’’, dijo en una ocasión Oliva.
Se retiró a la edad en que muchos peloteros permanecen repartiendo batazos y exhibiendo calidad en un terreno. Tenía 35 años de edad cuando decidió retirarse por diferentes lesiones que estaban afectando su rendimiento.
El pinareño Luis Giraldo Casanova ha sido uno de los mejores peloteros cubanos, antes y después de 1961.
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