Quiero ser mejor que mi hermano Yuri

El boxeador cubano Yoelvis Gamboa entrena para su pelea la próxima semana en la Reserva de los Miccosukee.

C.M.GUERRERO / EL NUEVO HERALD

POR JORGE EBRO

EL NUEVO HERALD

Yoelvis Gamboa no se queda en el medio de nada, ni en las cosas de familia. Por eso la voz no le tiembla cuando dice "quiero ser mejor que mi hermano'', como si se tratara de lo más natural del mundo.

Pero en la meta está el desafío, porque "mi hermano'' no es otro que Yuriorkis Gamboa, campeón pluma de la Asociación Mundial de Boxeo y titular olímpico de los Juegos de Atenas 2004.

Yoelvis, sin embargo, reconoce que Yuri ha sido su motor y su impulso para adentrarse en el boxeo. Y a no dudarlo, el campeón estará el próximo viernes 4 de diciembre en el Miccosukee Resort and Gaming para alentar a su hermano menor.

"Cuando digo que quiero superarlo es sobre todo un elogio, porque Yuri ha logrado mucho en poco tiempo'', manifestó Yoelvis, que hará su segunda presentación profesional ante el puertorriqueño Karl García (3-1-1 KO). "El es mi horizonte. A lo mejor no llegó a alcanzarlo nunca, pero me sirve para caminar''.

Y esa es una carrera que comenzó desde Cuba, pues desde muy joven Yoelvis se puso los guantes y comenzó a ascender en las categorías inferiores, pero cada vez que estaba a las puertas de lograr algo grande chocaba con boxeadores más experimentados y establecidos.

En un torneo nacional perdió nada más y nada menos que con Guillermo Rigondeaux, pero la imagen de su hermano derribando rivales lo alentaba y le mantenía los sueños de triunfar en el cuadrilátero.

Cuando aún Yuriorkis no había revelado sus planes de abandonar la isla, ya Yoelvis le había comentado su interés por el pugilismo rentado y sobre la posibilidad de buscar nuevos confines para sus sueños.

"Mi hermano no me decía nada, porque él es muy reservado'', recordó Yoelvis, de 22 años. "Por eso cuando se quedó en el 2006 fue una sorpresa para casi todos en la familia. Yo lo entendí desde el primer momento y sabía que tenía que hacer lo posible por reunirme con él''.

Finalmente pudo abrazarlo el 16 de diciembre del 2008.

"Jamás lo olvidaré'', afirmó. "Era un domingo y ya el lunes estaba entrenando en un gimnasio. En realidad, creo que he descansado poco para aprovechar cualquier oportunidad. El 4 de diciembre quiero demostrarle a la comunidad latina de Miami no soy el hermano de mi hermano, sino que tengo un nombre propio''.

Este jueves, sin embargo, sí tomará unas cuantas horas en el Día de Acción de Gracias para repasar sus bendiciones: estar saludable, tener un hermano insuperable, un papá cariñoso...pero pedirá, si es posible, que se le conceda un deseo.

"No pido un título mundial, ni dinero ni nada material, de eso me encargaré yo sólo'', recalcó. "Sólo desearía ver pronto a mi hermana y a mi madre. Son lo único que me falta para ser feliz del todo''.