Aroldis Chapman.
POR JORGE EBRO
Sin revelar lugar ni momento, el programa Outside de Lines de la cadena deportiva ESPN transmitirá este domingo a las 9:00 a.m. una entrevista exclusiva con el lanzador cubano Aroldis Chapman.
La entrevista, conducida por el periodista Jorge Aranguré Jr., un escritor de la revista asociada a ESPN, revelará detalles de la fuga del pitcher holguinero del torneo holandés de Rotterdam y de sus sueños por convertirse en miembro de algún equipo de Grandes Ligas.
Fuentes de El Nuevo Herald confirmaron que Chapman se encuentra en Barcelona a la espera de obtener los documentos que le permitan establecer residencia legal en algún país, ya sea de Europa o Latinoamérica.
Poco tiempo después de desertar, Chapman firmó un acuerdo de representación con la empresa Athletes Premier Internacional (API), dirigida por el Edwin Leonel Mejía, pero todo parece indicar que poco o nada se ha avanzado en el proceso de asegurar residencia.
Sin ese paso fundamental, Chapman no podrá someter ninguna documentación a la Oficina del Comisionado de las Mayores para convertirse en agente libre y negociar un pacto de Grandes Ligas.
Por otra parte, los casos de peloteros cubanos que piden agencia libre son revisados al detalle por los organismos rectores de las gran carpa, porque está involucrada la Oficina del Tesoro para asegurar que no se ha violado el embargo.
Otra fuente confirmó que el muchacho ha comenzado a impacientarse ante la demora y se teme que su caso no tenga una resolución hasta la primera mitad del próximo año.
Según estimados de varios agentes consultados, un proceso normal para un cubano -desde que establece residencia- tardaría entre seis meses y un año, pero en el caso de un talento como el de Chapman podría acelerarse un poco más.
En cualquier escenario, un retraso impediría que Chapman estuviera presente en los campamentos de primavera que abren a principios de marzo.
Aunque varios analistas afirman que el contrato del holguinero podría rondar los $60 millones, otros indican que sería igual o ligeramente menor al del japonés Daisuke Matsuzaka, por quien Boston pagó $51 millones por el derecho a negociar en exclusiva más otros $52 millones en salario.
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